Vivir con plantas y en un entorno verde reduce el riesgo de enfermar. Si nos rodeamos de un espacio verde y disfrutamos de los espacios naturales será de gran ayuda para combatir problemas como la obesidad, hipertensión o niveles elevados de azúcar en la sangre.

La exposición a largo plazo a los espacios verdes puede desempeñar un papel muy importante en la prevención de muchas enfermedades. Los espacios verdes invitan a realizar actividad física y a relajarse, además de reducir la contaminación del aire a la que estamos expuestos. La influencia positiva en nuestra salud es más que evidente.

“Los espacios verdes, ya sean pequeños, medianos o grandes, nos ayudan mucho a reducir las enfermedades. Necesitamos nuestros oasis verdes en nuestro hogar y, por tanto, la suma de todos hará que nuestras ciudades sean más saludables”.

Vivir en un entorno verde conlleva que las personas se “deterioren” a un ritmo más lento ya que se reduce el estrés, se viven más años y se mejora el estado de salud general y mental. Todo son beneficios.